En el mundo y especialmente en el país se han venido presentando diferentes casos de violencia en los cuales la principal causa es la intolerancia de las personas. Según la OMS cada año, más de 1,6 millones de personas en todo el mundo pierden la vida por esta razón. En el país se han estado presentando innumerables masacres en especial a líderes sociales y jóvenes, quienes solo buscan luchar por la igualdad y la no violación de los derechos humanos, en función de estos actos atroces la comunidad ha salido a protestar por todas esas voces que fueron silenciadas, pero para el gobierno no es un tema de interés. Lo más preocupante es que estas cifras de asesinatos con el pasar de los años se vienen incrementando y no se busca una solución para frenar las masacres. En las actuales condiciones de crisis social que atraviesa nuestro país, el panorama es crítico especialmente para los niños, jóvenes y adolescentes.
Situaciones de familias fragmentadas debido a la ausencia de trabajo, de alimento y de cualquier tipo de sostenimiento, son formas de violencia social que los afecta. Es un fenómeno complejo, multidimensional y que aumenta los problemas psicológicos, económicos, sociales y culturales
Las características que acompañan al comportamiento violento cruzan, constantemente, las fronteras entre individuo, familia, comunidad y sociedad. La producción de distintas manifestaciones donde se altera el orden público trae consecuencias fatales como lo hemos visto en los últimos días y frente a esto no vemos una respuesta contundente de parte del gobierno. Debemos comenzar por la tolerancia que especialmente se inculca desde la infancia en la educación y una buena forma de frenar esta situación, es dejar de cometer los mismos errores que por años la humanidad ha estado cometiendo, de los cuales solo quedan millones de personas injustamente asesinadas y sin ninguna solución, aprendamos a respetar a entender que no todos pensamos igual o tenemos ideologías similares para que este mundo sea mejor, así lograr de una vez por todas dejar a un lado los estereotipos, y que cada uno sea libre de expresar sus ideas sin temor a ser callado o sometido.
Por: Sergio David Castro 10B