Por: Mg. Sandra Ibarra
Los padres son los seres más significativos en la existencia de los hijos, son los responsables de la construcción de un sistema axiológico que les permita además de la convivialidad, ser agentes constructores de cultura y conocimiento en un contexto social tan complejo como el nuestro. No es fácil la labor orientadora de un progenitor, puesto que son las figuras motivadoras, no sólo en términos de educación sino en la construcción de un proyecto de vida que les asegure además de un historial académico y profesional exitoso, una vida feliz. Por tanto, además de propiciar el bienestar económico y facilitarles los elementos necesarios para cumplir con sus responsabilidades académicas, se requiere de padres generen sinergias hacia el progreso, el respeto a la diferencia, el civismo, el amor propio, el respeto a la vida y a su cuerpo por sólo mencionar algunas acciones que se requieren para formar ciudadanos que respondan acertadamente a la sociedad en que les ha correspondido vivir. El niño y el joven debe encontrar en sus padres a los consejeros, los aliados, aquellos que están dispuestos a entregar en sus manos el futuro de la familia, la sociedad, el medio ambiente, etc… porque confían en sus capacidades y les asignan el reto de transformación y construcción de mejores escenarios.
Ahora bien. El compromiso, la responsabilidad, la persistencia, la puntualidad entre otros, son valores fundamentales en el logro de metas y objetivos, pues fortalecen los procesos personales, sociales y académicos. En consecuencia se deben inculcar y hacerlos visibles por medio del modelamiento en todas las etapas de la vida; teniendo en cuenta que entre menos edad del individuo más facilidad de adaptabilidad y aprendizaje poseen. Es necesario mencionar que es en el diario vivir que se fortalecen los valores, es en el hogar donde se evidencia y se percibe de manera real y honesta el rumbo que van tomando nuestros hijos y también es allí, donde se pueden hacer las correcciones pertinentes en miras de formar personas más exitosas y felices.
Para ahondar en la descentración. Desarrollar los deberes académicos es una de las primeras responsabilidades que los menores tienen, es en este preciso momento cuando se genera un gran impacto en su formación y proyectos de vida, desde allí se forman hábitos que fortalecen su independencia y los orienta para alcanzar con éxito sus metas. Experimentan como seguir instrucciones, optimizar los tiempos, generar sus propios horarios, dar inicio y fin a cada acción que emprende, el individuo toma postura en el momento de la asignación de una guía, tarea o taller que le sea asignada el padre debe velar por que se cumpla con este compromiso, ya que se debe desarrollar entregar y retroalimentar todo esto enmarcado dentro de la responsabilidad.
Para formar en responsabilidad se debe tener siempre en cuenta el cumplimiento primordial del desarrollo de tareas, talleres, guías, dando así importancia a todos los compromisos sin dejar de lado o restar nivel a ningún compromiso, debemos siempre retroalimentar los trabajos con el fin de reconocer y corregir errores, se debe educar en buscar perfección en la elaboración de los trabajos y su puntual entrega de no ser así ellos deben entender que el no cumplir con estos compromisos genera consecuencias que los directamente afectados son ellos, de igual forma se debe tener claro que las tareas se deben hacer aunque no nos gusten, los padres debemos estar siempre presentes apoyando los trabajos y tareas pero sin extremar nuestra ayuda ya que cada uno de ellos debe ser responsable de sus quehaceres, dejando siempre claro que deben hacerlas por sí mismos. Es importante que nuestros hijos crezcan con el conocimiento pleno que una persona responsable es siempre merecedora de confianza por parte de la sociedad.