Érase una vez un gatito que siempre miraba la luna; un día se preguntó de que estaba hecha la luna y él dijo debe ser de leche, pensaba. Un día su amigo el ratoncito que pasaba por su casa se acercó a él y le dijo: ¿Por qué miras tanto la luna? Entonces el gato le responde con una pregunta ¿de qué crees que está hecha la luna?
Ratón: Está hecha de queso.
El gato siguió contemplando la luna; Llevaba tres días sin dormir, ni probar bocado y su vecino el perro estaba preocupado así que se fue a verlo.
El perro se acercó y le pregunto: ¿Qué pasa amigo?
Gato: ¿Vecino de que está hecha la luna?
Perro: Pues yo creo que está hecha de hueso. Inmediatamente el gato se bajó del muro y se fue diciendo “yo mismo tendré que averiguarlo” De pronto estaba en su casa revolcando en un baúl viejo… Gato: ¡Zass Zass Zass! ¡Gritó el gato los encontré!
Había encontrado sus botas mágicas, mientras que llegaba la noche salió a su patio. ¡Se puso sus botas y dio un fuerte brinco alcanzando la luna con el hocico, abrió su boca y le dio un fuerte mordisco, inmediatamente el gato cayo! su diente quebró. Hannah Salomé Landinez 3°3