Un día un hombre llamado Willie Jolley dijo: “toda caída nos prepara para una victoria aún mayor” Y bastante que tiene razón.
Llevamos muchos sueños dentro nosotros, historias, recuerdos, momentos inolvidables que marcaron nuestras vidas. Si hace un par de años nos hubieran preguntado que queríamos ser de seguro hubiésemos dicho, princesas, astronautas, superhéroes, cambiábamos de idea una y otra vez, pero esa es la gracia ¿no? La magia de ser niño nos permitía creernos capaz de cualquier cosa y hasta del día de hoy creo que nunca debimos perderla. Siempre va haber una montaña frente a nosotros, un obstáculo entre lo que queremos ser y serlo, siempre habrá una batalla cuesta arriba y a veces vamos a perder pero nada de esto se trata de que tan rápido lleguemos a la cima, no se trata de que nos espere al otro lado, el verdadero valor siempre estará en el camino. Apuesto que nunca olvidaremos el día que pisamos por primera vez el colegio o cuando aprendimos a leer o a contar, después de todo cuando tengamos una edad avanzada y ya casi no podamos movernos lo único que tendremos son esas memorias inolvidables que marcaron nuestra vida y ahora sé que no los voy a olvidar jamás, sería imposible borrar de mi mente las fiestas del colegio, a mis compañeros, la inigualable risa de la profesora de sociales o las divertidas clases de física. De todos nos llevamos algo. 11 años después he entendido que la vida está llena de errores pero que siempre habrá una luz al final del túnel. Dicen que la educación es nuestro pasaporte para el futuro, porque el mañana pertenece a los que creen sus sueños.
Por: Selena López – Once D