“Una voz suave y muy dulce como la miel de colmena, inunda el salón de clases en la mañana serena; expide olores silvestres como la flor de cayena, tiene alma sutil y blanca aunque su tez es morena, y todos los niños gritan:” !Filomena..!Filomena¡. (Liborio Cecilio De la Torre Wizza).
Escrito por: Mg. Henry Pabón Gómez
Al concluir el bachillerato, nos invade la preocupación sobre qué profesión escoger, desde el entendido que, a ello, dedicaremos toda o buena parte de nuestra vida. Cuando estamos conectados con esa profesión vocacionalmente, las ilusiones o esperanzas futuras salen a flote y, los que deseamos ser maestros, nos imaginamos en un aula o patio escolar, rodeados de niños que procuran nuestras enseñanzas de la mejor manera, hasta el día que nos sea permitido.
Así le ha sucedido a la maestra Filomena Blanco, pues, escogió acertadamente su profesión, la cual ya recorrió en todas sus dimensiones y, al día de hoy disfruta de sus recuerdos y del placer de sentirse satisfecha consigo misma. Sin querer dejó la profesión docente y, con su retiro quedó atrás la comunidad educativa, y muy especialmente sus chicos, sus niños, es decir, los estudiantes, esos que fueron como sus hijos, lo cual hace que siga siendo aún desde la tranquilidad hogareña, la maestra sempiterna.
En el código docente de la maestra Filomena, siempre está presente el concepto del maestro de los maestros; por eso siempre en sus escritos o en sus palabras está: “Bien, gracias a Dios; Dios los siga guiando a ustedes; Dios los bendiga; si Dios quiere todo saldrá bien”.
La conexión que la maestra nos muestra con Dios, es una manera de entender que la parte espiritual siempre está con quien considere ser maestro, lo cual es necesario para inculcar un mensaje de amor y dedicación en lo que se hace.
En los momentos estelares del ejercicio docente, siempre mostró aprecio y consagración en sus compromisos con la educación. Compromisos en capacitaciones para una mejor experiencia formativa; en cumplimiento total con sus deberes en el área de matemáticas; en la atención completa con sus estudiantes; en la comunicación con sus compañeros docentes, los padres de familia y con sus superiores. Así lo define su compañera y amiga Imelda Cuta, cuando expresa: “Filito, es una mujer admirable por su gran dedicación a esta maravillosa profesión”.
Sigo reafirmando su maestría, pues en términos de defensa por los ideales del ser maestro, de honestidad, de justicia, siempre ha mostrado su perspectiva sin ningún reparo; en cualquier lugar donde ella se encuentre y haya indicios de injusticia pide la palabra para expresar su punto de vista, que apunta hacia la equidad e igualdad de todos, como seres humanos dignos de respeto.
Su compañero de trabajo Ángelo Guarín lo confirma, en estos términos: “Maestra, ejemplo de honestidad, luchadora por las injusticias” y lo resaltan los términos de su amiga Imelda Cuta: “sobre todo, en Filito, la tenacidad en defensa de sus ideales”.
Por otra parte, su colega Luis Niño comenta que: “La paciencia y la sabiduría, la llevan a tener mucha fraternidad”, dando a comprender que la maestra siembre brinda afecto y confianza a quienes la rodean, para generar una convivencia en hermandad. Igualmente, lo confirma Cuta: “La bondad y sencillez de Filomena es en todos los aspectos de su vida”.
Se comprende entonces, que recorrer una vida de docencia, en donde se logra mostrar en todo momento la entrega a su oficio de maestro, es un gran ejemplo que deja una huella indestructible para todos. Este mensaje es claro, en las palabras de su compañera Dora Vilena: “Maestra, siempre vivirá en nuestros recuerdos, las huellas imborrables que ha dejado con sus saberes y sabias palabras”.
Hay otro aspecto que es importante mencionar, está relacionado con el trato que siempre mantuvo con sus compañeros de trabajo. Desde siempre participó en las asignaturas de matemáticas y física manteniendo un nivel alto de compromiso con estas áreas y, a nivel personal sosteniendo las mejores relaciones interpersonales con sus compañeros matemáticos, así como lo determina Ángelo Guarín: “Incondicional compañera y amiga”.
Por muchos años laboró en el colegio Braulio González y de la misma manera sale al día de hoy triunfante, y además muy feliz, porque se lleva la satisfacción de ser amiga de todos los profesores del Braulio González.
Baste todo lo anterior, para comprender las palabras de su compañero de matemáticas, Jorge Tabares quien expresa: “Dejamos lo mejor de nuestras vidas en pro de mejorar la vida de nuestros alumnos”. Sin duda, la vida docente que ha recorrido la maestra Filomena ha estado al servicio de sus estudiantes, para promover en ellos el sentido de la responsabilidad y el aprecio por la vida. Lo expresa la misma maestra Filomena en uno de sus mensajes: “Extrañándolos mucho, que Dios los siga guiando a ustedes, dando lo mejor y orientando a estos chicos que tanto lo necesitan”.
Creo que llegamos al núcleo de todo lo que encierra el ser maestro, que sin lugar a dudas es velar por la resignificación de nuestros estudiantes. Se comprende esto en las palabras que expresa con cariño su estudiante en matemáticas de varios años Luis Contreras, cursante del grado once: “Querida profesora Filomena, te dedico esta frase con mucho cariño por lo que has hecho en tu trabajo, como docente, tantos años de dedicación para generar un gran futuro en nosotros, tus estudiantes. Nunca olvidaremos la huella que has dejado en nuestro corazón, muchas gracias profe”.